Más de 100 entradas escritas, dos publicaciones a la semana…Algunos os preguntaréis ¿de dónde saco el tiempo para escribir? ¿supone mucho esfuerzo? Pues hoy quiero hablaros del mejor antioxidante, de la droga más dura: la ilusión.
Dejadme que os sitúe: mientras escribo estas palabras son las 8 de la mañana de un domingo. Como la mayoría de los fines de semana, me levanto temprano para robarle tiempo al día y avanzar con el contenido de mi página web.
Así que os podéis imaginar que no es nada fácil. Supone invertir parte de tu tiempo libre en crear contenido. Supone sacrificar parte de tu descanso en esta apuesta laboral. Y, encima, hay veces que las palabras no fluyen, o que, sencillamente, no hay ganas de darle a las teclas.
Hoy era uno de esos momentos. Desmotivación a flor de piel. Grifo cerrado. Y en estas que se me ha venido a la cabeza una conversación que tuve ayer con una persona a la que quiero mucho.
La ilusión, la droga más dura.
Esta persona, a sus 46 tacos, ha decidido dejarse de excusas e ir a por todas. Cambio radical a su vida, y se ha apuntado a un grado de FP de auxiliar de enfermería. Cuidadito que vienen curvas, que en este módulo no se andan con tonterías: caña desde el primer día, con prácticas y exámenes para dar y regalar.
Total, que mi querida amiga se ha visto sumergida en una presión asfixiante: toda la mañana de clases, y por la tarde, a estudiar hasta las nueve de la noche. Y en los huecos que consigue sacar toca seguir llevando su casa pa´lante. De locos. Pero todo esto me lo explicaba con una ilusión en sus ojos que me confirmaba que, le costara lo que le costara, conseguiría su objetivo.
Y al recordar ese brillo en su mirada las palabras han empezado a brotar. Porque he vuelto a conectar con lo que de verdad me mueve a hacer este blog: la ilusión por enfocar mi profesión desde la perspectiva que más me apasiona, que es la docencia y la enseñanza. La motivación de encauzar mi trabajo sobre la base de uno de mis mayores principios: ayudar a los demás. Y todo esto compartiendo el lado más humano de un abogado. Por eso escribo en internet. Por eso comparto conocimientos y vivencias.
De pronto, dónde no había ganas de escribir, me veo terminando esta entrada. Cuando vuelves a sentir tu esencia, cuando pasas a empaparte de lo que de verdad te mueve, vuelves a ser feliz haciendo tu trabajo, por duro que sea el día a día, por mucho que toque madrugar los fines de semana.
¿Eres feliz con tu trabajo? ¿Cómo podrías enfocarlo para que fuera más cercano a tu verdadero yo? ¿Te mueve la ilusión en tu jornada laboral?
Pablo Romero. Abogado en Granada
Dedico esta entrada a Ruth, que con esa ilusión en su mirada, conseguirá todo lo que se plantee.

Fuentes de la entrada: ¿De dónde saco el tiempo y las ganas para escribir las entradas? Ilusión Foto de entrada.
Pablo Romero
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