La Justicia es lenta, muy lenta, hasta el punto de que lo fácil es perder la fe en ella. Pero lo cierto es que todo llega. Dejad que os cuente una anécdota.

¿Te acuerdas cuando eras joven y conocías a alguien que tenía cuarenta tacos? ¿A qué esa edad, de lejana que era, parecía inalcanzable? Visualizarte como un padre/madre, con tu trabajo, familia e hipoteca…. sencillamente, no cabía en nuestras cabezas.

Y, sin embargo, un buen día, junto con tus niños, te ves soplando esas velas ¿verdad?

La Justicia es lenta, pero todo llega.

Cada poco tiempo suele contactarme un cliente que quiere reclamar los gastos de constitución de su hipoteca. Ya sabes, Notaría, Registro, gestoría etc Incluso hay quien todavía no ha solicitado su cláusula suelo.

Total, que te pones mano a la obra con la demanda e inicias un procedimiento que parece eterno. De hecho, en uno de esos procedimientos que llevo, el Juzgado nos acaba de citar para el ….. 2024.

Y siempre me pasa que, al anotar en la agenda este tipo de señalamientos, pienso que «a saber dónde estaremos cuando llegue ese día». Lo ves como si no fuera a ocurrir nunca.

Pero, sin darte cuenta, va pasando el tiempo. Y de pronto, estás revisando en la agenda los señalamientos de la siguiente semana y te encuentras con ese juicio. Y no puedo evitar que se me dibuje una sonrisa en la boca, acordándome de aquella sensación cuando lo anoté y, sin comerlo ni beberlo, ya está aquí.

Porque la Justicia es lenta, muy lenta. De hecho, es desesperante, pero todo llega. Y son muchos los clientes que, a la hora de reclamarle la cláusula suelo o los gastos de constitución, no veían la luz al final del túnel. Y, sin embargo, un buen día, le estás llamando para que te den el número de cuenta porque le van a ingresar del Juzgado el dinero que hemos conseguido del banco.

Como decía en la anterior entrada, es cuestión de ponerse en buenas manos y apostar por tus derechos, porque, aunque la respuesta sea lenta, insisto, como los cuarenta, todo llega.

Pablo Romero. Abogado en Granada.