El combate más complicado, con uno mismo.
En toda batalla, el combate más complicado no es con el rival, la verdadera pelea es con uno mismo. Y si no, preguntadle a cualquier autónomo. Hoy me gustaría contaros mi experiencia como abogado. Explicaros como, levantar todos los días con una sonrisa la persiana no es sencillo. Vamos a verlo.
Como muchos sabéis, todas las semanas práctico Muay Thai, llamado también el arte de las 8 extremidades, porque se utilizan no solo las dos piernas y los dos brazos, también se sacan a bailar las rodillas y los codos. Vamos, que te pegas hasta con la mirada.
Hace poco, un compañero y buen amigo del Dojo tenía su primer combate. Había decidido abandonar la seguridad de los entrenos controlados, junto con compañeros de confianza y bajo la atenta mirada del maestro, para lanzarse al vacío de un combate, en el que, como te puedes imaginar, el objetivo de tu rival es golpearte sin hacer prisioneros.
Unos días antes del combate, estuvimos hablando de cómo iban esos nervios, y le pregunté si no le atracaba ese típico pensamiento de «yo, que no tengo ninguna necesidad, para qué me habré metido en esto»
Porque mi amigo es una persona normal y corriente, con su trabajo estable, su pareja de muchos años y una vida completamente ajena a cualquier tipo de riesgo. Es más, encima es super buena gente, de los que te cuesta visualizar lanzando estocadas con un par de guantes. Pero, tras un año y medio volcado en lo que ha descubierto ser su pasión, y por el puro placer de ponerse a prueba y disfrutar de lo aprendido, decidió dar el paso del combate.
Y claro, siempre que salimos de nuestra zona de confort, y más si hablamos de este tipo de situaciones, hacen su aparición fantasmagórica los miedos. Porque el combate más complicado no es con el rival, sino con uno mismo.
El combate más complicado, con uno mismo.
¿Y qué tiene que ver esto con lo de ser autónomo que os contaba al principio? Pues porque trabajar por tu cuenta supone una pelea diaria. Ser autónomo es un combate en el que además, estás solo en la primera línea de batalla. Una lucha en la que te toca, siempre, levantarte con la confianza de sacar tu empresa adelante al 200 por cien. Y creedme que no es fácil.
Al igual que no hay ni un solo día que, estando en el Dojo, no me taladre el pensamiento de qué haré yo en ese sitio a mis 45 primaveras (por el miedo que supone lesionarse o llevarse un golpe) llevando una empresa a tus espaldas te asaltan muchas dudas: que si este mes tendrás los suficientes ingresos, si habrán quedado contentos los clientes con todas tus explicaciones, si ante el sacrificio de ser autónomo no es mejor tirar la toalla o que si la abuela fuma.
Por eso, como le ocurrió a mi amigo, te das cuenta de que el principal enemigo en cualquier ámbito de la vida, no es la persona que tienes delante, ni la competencia, ni las circunstancias que te rodeen en cualquier tipo de combate. Tus verdaderos enemigos son tus miedos e inseguridades, esa naturaleza intrínseca que te coacciona para que no desertes de lo conocido, haciéndote huérfano de todas las riquezas que están por descubrir. Para que abandones tus sueños.
Así que, cada vez que «levanto la persiana» dejo que esos pensamientos se diluyan. No los evito, pues sé que el miedo siempre va a estar ahí, pero los sorteo aferrándome a la ilusión de pelear por mis objetivos. Cueste lo que cueste.
Esta entrada está dedicada a Alberto y a todos esos compañeros/as que, entre las cuerdas, y en el día a día del Dojo, son un ejemplo de valor e ilusión. La palabra «guerrero» significa mucho, no solo para el Muay Thai, sino para cualquier combate del día a día de la vida. Todo mi respeto y admiración.
¿A cuántas cosas has renunciado por el qué dirán? ¿Qué actividad harías si abandonaras todo tipo de excusas que asolan tu mente? ¿Qué combate has perdido por tu propia incertidumbre? La verdadera batalla es contigo mismo.
Pablo Romero, abogado en Granada.
Fuentes de entrada «el combate más complicado, con uno mismo»: foto de entrada, foto de pie.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!