Se acaba julio. Llegan las vacaciones 2024. Y todos los años (laborales) termino con la misma entrada: una pequeña reflexión sobre los 11 meses anteriores.
Y este año se resume todo en una frase: cuando te aprendes las respuestas, te cambian las preguntas. Toma castaña.
Cuando uno empieza a saborear las mieles de la estabilidad, la condición de autónomo te gasta una mala pasada. Si tú querías tranquilidad haberte sacado las oposiciones, aquí hemos venido a divertirnos. Esas pelis donde el prota recorre un laberinto en el que las paredes están vivas y le cambian el camino en cuanto nuestro amigo se confía.
Pero lo que no mata engorda (aunque, yo, con mis intolerancias, no pillo un kilo de peso), y aquí sigo yo al pie del cañón, aguantando (como buen autónomo) lo que se me ponga por delante. Aprendiendo de las dificultades. Aprendiendo a sonreír, no solo cuando las aguas son mansas. Y creciendo como abogado y persona…otro añito más (y los que quedan). ¿Que me cambian las preguntas? Pues no hay excusas, a aprenderse las nuevas respuestas.
Con las ganas de comerme el mundo intactas, me tomo unos días de vacaciones. Muy contento con lo trabajado durante todo estos meses. Muy contento con los resultados obtenidos (pese a los contratiempos), con las lecciones aprendidas. Muy contento con lo que está por llegar, por mucho que las paredes del laberinto no dejen de moverse.
Os deseo a todo el mayor de los descansos. Seguimos en septiembre.
Quiero dedicar esta entrada a Sempatiza, por todo su esfuerzo por volver a colocar las paredes del laberinto en su sitio.
