¿Te apetece que te cuente un par de anécdotas? La semana pasada hablaba de los menores y las redes sociales. Pues vamos a seguir con el tema de internet recordando esta otra entrada que, en su día, publiqué en Facebook.

Anécdotas como abogado. Cuentas demasiado en las redes sociales…¡y lo sabes!

Las redes sociales son un arma de destrucción masiva. Parecen inofensivas. Pero no nos engañemos, nos vamos animando y terminamos contando hasta las veces que vamos al cuarto de baño.

De hecho, hoy en día una empresa a la hora de contratar a alguien, lo primero que hace es examinar tu perfil de Facebook/Instragram. Da igual lo que digas en la entrevista de trabajo. En las redes sociales estás completamente «desnudo» y eso es lo que van a tener en cuenta para elegirte.

Déjame que te cuente un par de anécdotas como abogado en relación al exceso de información en la red:

Semana blanca de un instituto en Sierra Nevada. Los chicos que ocupan una habitación del hotel se van a esquiar temprano. Cuando vuelven les han robado toda la ropa, solo les dejaron los pijamas (un detalle). Tienen sospechas de sus compañeros de instituto que ocupan la habitación de al lado.

La Policía se mete en sus perfiles de Facebook y los «imprime» pasando a formar parte de las actuaciones judiciales. Están llenos de fotos donde salen vistiendo la ropa robada (incluso algún comentario sutil de su hazaña)….caso resuelto.

Más anécdotas: un cliente acude a mí por una paliza que le han dado. Son varios los agresores pero únicamente conoce a uno de ellos del pueblo. El resto se dio rápido a la fuga para no ser identificado.

Nos metemos en Facebook y empezamos a ver el perfil del agresor al que conoce. Rápidamente localizamos una foto dónde sale con otros amigos. Mi cliente no tiene dudas: esas personas son los otros agresores. Están etiquetadas con nombres y apellidos. Su identidad en bandeja, ya se les puede denunciar.

Evita contar tu vida en internet, suele generar más problemas de los que te imaginas. La privacidad es un bien que no sabemos valorar lo suficiente.

En próximas ocasiones seguiré contando más anécdotas, que hay para escribir un libro.

Pablo Romero, abogado en Granada