Sentirse joven: moldeando el cristal.
En mi profesión la experiencia es un grado. Los clientes valoran mucho si su abogado tiene ya canas. Y yo acabo de cumplir 45 primaveras. 45. Vamos «pa´rriba». Y eso me hace preguntarme ¿de qué depende sentirse joven?
Dice una médico buena amiga mía que estamos en garantía hasta que cumplimos los 30. Que pase lo que pase en esa etapa de nuestra vida, puedes estar tranquilo, que el cuerpo se recupera solo. Pero que una vez superas esa edad, mucho cuidadito con las goteras que van apareciendo, que te toca ponerte gafas o ir llamando al fisio.
Y, sí, es cierto que durante nuestra infancia, adolescencia y mientras nadamos en la veintena, el cuerpo es joven. Luego la cosa cambia. Es una cuestión meramente física, objetiva. Pero todos sabemos que somos cuerpo y mente, por lo que sentirse joven es algo que va más allá.
Como os decía, hace poco fue mi cumpleaños. Aquel día mis sobrinos me regalaban la sorna traviesa de quien visualiza a un «viejuno». Y curiosamente, mis suegros, al felicitarme, me confesaron la mítica frase de «(45), quién los pillara»
Y es que, como acabamos de ver, ser joven es una cuestión subjetiva, depende del cristal con el que se mire. Y aquí viene el quid de la cuestión. ¿Con qué cristal nos miramos a nosotros mismos? ¿tú te sientes joven con la edad que tienes?
Moldeando el cristal para sentirse joven.
En mi caso soy tremendamente feliz cumpliendo años. No me pesan. Al menos en mi cabecita, porque es evidente que, físicamente, ya no soy un quinceañero. Pero eso no me resta ni un ápice de la ilusión de quien tiene mucha vida por delante.
Cada vez que sumas años vas atesorando vivencias y experiencia. En algunos aspectos, como en el trabajo, me siento más empoderado. Si además, por muchos fallos de sistema que pueda dar tu salud, en muchos otros ámbitos de tu vida consigues mantener la ilusión y alegría de cuando éramos niños, da igual los años que cumplas, te sentirás joven.
Porque ser joven es cuestión de mentalidad.
Pero para eso tienes que moldear el cristal con el que miras. Y no es fácil. Y si no, piensa, en nuestros padres: se veían obligados a forzar, apenas cumplían los 30, una madurez social, disfrazándose de un halo de veterano que le restaba parte de su luminosidad. Solo tienes que ver a los papis de verano Azul, que seguramente cuando grabaron la serie tenían menos años de los que tienes tú ahora, y aun así te sigues sintiendo más joven que ellos.
Efectivamente, en contra de lo que pasaba antes, la gente, pese a que cumpla años, evita atrofiarse en las supuestas limitaciones de la edad. Porque en esta vida no todo es trabajo o familia. Procuramos no renunciar a muchas actividades que antes estaban vetadas a las personas que ya eran padres de familia por el simple hecho de serlo. Ahora, por mucho que ya estés pagando una hipoteca, se ve de lo más normal tener un grupo de música, una peña de padel o quedar todos los meses solo con las amigas para echar unas risas.
Quién me iba a decir que, a mis 45 años, estaría haciendo Muay Thai. Mucha gente me dice que no estoy ya para estos trotes. Además, como te puedes imaginar, no dejo de ser uno de los abuelos del Dojo. Y, sin embargo, me siento pleno mientras trabajo cuerpo y mente como si estuviera nuevo, recién salido de fábrica.
Y tú ¿qué haces para sentirte bien? ¿Cómo moldeas tu cristal?
Pablo Romero, abogado en Granada.
Fuentes: foto de entrada
pd: si tienes curiosidad, mi dojo de Muay Thai es Laqueus Club Muay Thai.
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