Los juicios en la vida real no son como en las pelis. «¿¡¡¡Ordenó el código rojo!!!?»
¿Los juicios son como en las pelis? No hay semana que algún cliente no me haga esta pregunta. Y la culpa la tiene (entre otras muchas cosas) el cine americano. Igual que nos pensamos que los socorristas de Los Ángeles son cuerpos esculturales de modelos (que digo yo que habrá algún «fofisano») igualmente creemos que los juicios son todo un espectáculo digno de película. Pues va a ser que no.
De hecho, la «decepción» de la gente cuando ve cómo funciona un juicio en realidad es mayúscula, porque no tiene nada que ver con lo que tenían en su cabeza.
Pues al hilo de lo que te comento, hoy recupero otras de mis entradas favoritas de las que escribí en su día en Facebook.
Los juicios de la vida real no son como en las pelis.
«¿¡Ordenó usted el código rojo!? ¿¡¡¡ORDENÓ EL CÓDIGO ROJO!!!?» ¿Recordáis esta escena?. Los de mi quinta seguro que sí: Algunos hombres buenos. Peliculón.
Pues tengo una mala noticia: los juicios no tienen nada que ver con lo que nos imaginamos. Las pelis americanas han hecho mucho daño…
En los juicios de la vida real no hay tanto «teatro»:
-no hay un letrado dando paseos por la Sala, poniendo «posturitas» y «mirando a la cámara».
-no hay un testigo que aparece justo en el último momento, por la puerta, interrumpiendo el juicio gritando: «¡es inocente!»
-y lo que más sorprende a la gente: no existe el «protesto señoría» tal cual lo vemos en las películas. (Como se te ocurra imitar a los de la peli diciendo «protesto energicamente» el Juez/a te echa de la sala por listo)
Los juicios son mucho menos teatrales, no hay «show». Más sosegados y formales. Con unos tiempos muy marcados y de ahí no te salgas. Y por supuesto no subas el tono de voz, o insultes a nadie.
Los jueces no aguantan los espectáculos, las lagrimas de cocodrilo, las exageraciones y aspavientos. El problema es que muchos clientes esperan de ti que te pongas agresivo y te «comas» al contrario como hacía Tom Cruise. Y cuando te ven que mantienes la calma piensan que lo estás haciendo mal, cuando en realidad es la única opción que tienes, y la más adecuada para ganar un juicio.
Conclusión: huid de los abogados que montan un espectáculo, lo hacen para impresionar al cliente, pero en realidad están cabreando al Juez, y no olvidemos que son ellos los que deciden….. Lo mejor es un abogado que mantenga la tranquilidad, sin exagerar, pero que sea contundente y preciso en lo que dice y alega.
¿Te ha gustado esta anécdota? ¿te has alegrado al ver la escena del interrogatorio? Sí es así dale a me gusta o comparte la entrada. Me harás un gran favor y me animarás a seguir escribiendo.
Que tengáis una estupenda semana. Un saludo. Pablo.
Fuentes de «Los juicios en la vida real no son como en las películas» Foto de entrada, foto de pie
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