Anécdotas IV: hoy un clásico
Pues vamos con otra de esas anécdotas que se repiten cada dos por tres. Un auténtico clásico.
La verdad es que llevo mucho tiempo bregándome en esta profesión. Muchas horas de lectura de todo tipo de leyes y códigos: el civil, el penal, la ley de enjuiciamiento civil, la criminal, la ley orgánica del poder judicial y hasta el libro gordo de Petete si la ocasión se tercia.
Y por más vueltas que le doy, por más que lo escuche del respetable, no consigo encontrar esta eximente o motivo de anulación de un juicio.
Anécdotas: el tráfico.
Tu cliente es el denunciado en un juicio por amenazas. Ninguna broma. El juicio es a las 11.00 h. Tú, que ya te conoces la película, quedas con él en el Juzgado media hora antes, a las 10.30 h, para que haya margen, para que no haya problemas….pero ni por esas.
El cliente no llega ni a las 10.30 ni a las 11.00 h. El Juez espera, por cortesía (y con el consiguiente mosqueo), diez minutos más. Pero, como el cliente sigue sin llegar, celebra el juicio sin su presencia y con la sensación de que no le libra ni Chuck Norris de una bonita condena penal.
Cuando salgo de la vista me encuentro al cliente en la puerta. “¿¡Ya ha sido el juicio?!” “Es que había mucho tráfico y no he podido llegar antes”
A ti como abogado se te queda la cara de emoticono (que cada uno visualice el que corresponda). Y es que el tráfico en Granada está muy mal….
Pablo Romero, abogado en Granada
Solo decir que estas palabras las escribí en el 2018, y cinco años más tarde, como ocurre con las buenas anécdotas, con diferentes protagonistas, con diferentes delitos, se ha vuelto a reproducir. Solo toca tomar nota y aplicarnos el cuento, que cuando lo vemos de fuera nos da la risa, pero seguro que en alguna ocasión hemos tropezado con la misma piedra (yo el primero)
Y es que, en nuestra cultura mediterránea, somos de llegar tarde hasta nuestro funeral.
(Sigo publicando anécdotas. Quién sabe, a lo mejor el día de mañana las recopilo y lo de escribir un libro de anécdotas deja de ser un dicho gracioso)
Pablo Romero, abogado en Granada
Fuentes de Anécdotas IV
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