La separación legal VS divorcio: Diferencias
¿Qué es la separación legal? ¿Qué diferencias tiene con el divorcio? En esta entrada te lo explico todo.
La separación legal. Diferencias con el divorcio.
Pues te va a sorprender lo que te voy a contar, pero lo cierto es que la separación y el divorcio son prácticamente lo mismo. Toma castaña.
Desde un punto de vista legal, la única (y gran diferencia) es que si te separas no llegas a romper el vínculo matrimonial, o lo que es lo mismo, sigues casado/a …. pero respecto a todo lo demás, el fondo, el meollo de la cuestión, es exactamente igual que si te divorcias.
Por lo tanto, al separarte se va a tener que decidir sobre la custodia de los peques, la pensión de alimentos, la atribución del uso de la vivienda, la pensión compensatoria y el resto de medidas que igualmente se adoptan en el divorcio. También se disuelve el régimen económico matrimonial.
Pero, como te decía antes, pese a que, en cuanto a las medidas son las mismas, el paso que das no es tan «definitivo» como en el divorcio, porque aquí no llegas a romper el vínculo matrimonial, o lo que es lo mismo, sigues casado.
Ventajas e inconvenientes de la separación frente al divorcio
Si el día de mañana te reconcilias con tu pareja, será suficiente una simple reconciliación, esto es, no tendrás que volver a casarte. El inconveniente es que, si al final te das cuenta de que no hay más tela que cortar y toca divorciarse, tendrás que realizar los trámites pertinentes, cosa que hubieras podido hacer de una sola vez si en vez de separarte te hubieras divorciado (entre otras cosas, supuesto muy común, porque si finalmente comienzas una nueva relación con una tercera persona, al seguir casado, no podrás contraer matrimonio con la misma hasta que previamente te divorcies).
Y muchos os preguntaréis: entonces, si prácticamente es lo mismo, ¿qué sentido tiene hoy separase y no irse directamente al divorcio? ¿Por qué existe hoy esa figura legal?
Para entenderlo hay que poner la separación legal en un contexto histórico. Explicar de dónde viene. Echemos un poco la vista atrás:
Hasta el año 1981 no existía la posibilidad de divorciarse en España. Daba igual cómo te llevaras con tu pareja, directamente, no se podía. A partir de ese año se cambió la ley y se estableció la posibilidad de divorciarse, pero claro, veníamos de dónde veníamos y el cambio no podía ser tan drástico.
Se dio por buena esta posibilidad, pero a regañadientes. Pensemos en el entorno sociocultural de la época. Lo que ahora es pura lógica, en aquellos años fue todo una odisea.
Así que el cambio normativo fue un «venga va, te puedes divorciar, pero no te lo voy a poner tan fácil y vas a tener que cumplir una serie de requisitos«.
La idea de fondo era que el divorcio tenía que ser la última opción, y por eso se pensó que tendría que haber un paso previo, la separación legal (o de hecho en determinados casos), momento en el cual los cónyuges se pudieran replantear si verdaderamente querían divorciarse o no.
Por eso, para divorciarse primero había que separarse legalmente y tenía que pasar un tiempo mínimo desde la separación para que el personal se lo pensara bien.
Total, que tocaba ser paciente si querías poner fin a tu matrimonio. Pero piénsalo fríamente, ¿qué es lo único que puede pasar si, a una pareja que ya no se aguanta, la obligas a mantenerse casada un tiempo más para que se piensen muy bien la decisión de divorciarse? Pues ya te lo puedes imaginar: que los problemas que había entre ellos se acrecientan. Se termina liando parda…. porque nadie se reconcilia porque lo diga una ley. Más bien lo contrario.
Y fue en el año 2005 cuando se dieron cuenta de esto que te comento y cambiaron la ley. A partir de entonces se simplifica todo y se quitan los palos en las ruedas. Ahora el/la que se quiera divorciar no tiene que pasar por ningún paso previo, esto es, no tiene que pasar primero un tiempo separado. A día de hoy, el que quiera se divorcia sin más historias, sin más ciencia.
Pero, pese a que legalmente ya no es necesario ese paso previo, en el 2005 dejaron vigente la separación legal como una posibilidad. Ya no es obligatorio, pero el que quiera, puede optar por esta opción, porque no todo el mundo tiene claro que quieran dar el paso de manera definitiva
Es más, a fecha de escribir esta entrada estoy tramitando una separación de unos clientes. Y sinceramente, me parece muy bien porque es una cuestión muy personal. Yo, particularmente, pienso que sale más a cuenta divorciarse directamente, pero cada uno toma las decisiones que considera convenientes conforme a sus circunstancias. Faltaría más.
Así que ya lo sabes, desde el año 2005 la separación dejó de ser un paso intermedio obligatorio para el divorcio, y, toda vez que, a día de hoy tiene prácticamente el mismo contenido que el divorcio, se ha quedado sin mucho sentido. Pero ahí está para el que quiera darse espacio sin irse al extremo de extinguir el vínculo matrimonial.
Por cierto, hablo de la separación legal, no de la separación de hecho, que esa es una película completamente diferente. Porque en este caso no interviene Tribunal que valga. Es decir, podrás llegar a un acuerdo con tu pareja sobre daros un tiempo, pero, a efectos legales, todo sigue igual entre vosotros.
Conclusión.
1.-La gran diferencia entre la separación legal y el divorcio es que en la primera, pese a romperse la relación sentimental, no llega a extinguirse el vínculo matrimonial, o lo que es lo mismo, sigues casado.
2.-Pero, en cuanto al fondo (esto es, el conjunto de medidas que se han de adoptar) no hay diferencia entre separación y divorcio: se tendrá que decidir acerca de la custodia, alimentos, uso vivienda, pensión compensatoria (si procede), liquidación del régimen económico matrimonial etc. Vamos, a efectos prácticos, como si te hubieras divorciado.
Como os decía, yo soy de los que pienso que si la cosa se ha puesto tan mal que ya os planteáis pasar por un Juzgado, es decir, que no hablamos de una crisis pasajera (piensa que este tipo de crisis pasan hasta en las mejores parejas), pues si vas a hacer la gracia, la haces completa y te divorcias. Sobre todo porque el divorcio no es inamovible. Es tan «sencillo» como volver a casarse el día de mañana si os lo vuelve a pedir el cuerpo. No serás ni el primero/a ni el último/a.
Desde luego, te recomiendo que te asesores muy bien desde un primer momento. Son temas muy delicados que requieren la ayuda de un profesional con experiencia y empatía para entender tu situación. Si quieres que lleve tu caso, escríbeme.
Abogado especialista en Derecho de Familia.
Pablo Romero, autor de “la BIBLIOTECA de DERECHO DE FAMILIA”
Abogado en Granada.
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