Sigo con anécdotas.

Hay clientes que se definen así mismos con un simple comentario. Se vienen arriba, le dan a la sinhueso y te dejan ojiplatico. Déjame que te cuente.

Anécdotas III «¿y esa jovencita de ahí..?»

Estábamos esperando para entrar en un juicio penal. Mi cliente era un señor de unos 45 años, de los que «huelen» a Varon Dandy (de hecho se había peleado en un bar con otro hombre que también estaba ahogando penas)

La Jueza salió de la sala de vistas y pasó delante de nosotros. Una mujer de apenas 26 años, y con cara de no haber roto un plato.

Al verla mi cliente se puso “gallito” y con tono de compadreo me dijo: «¿y esa jovencita de ahí es la que me va a juzgar?!?» (en realidad lo que me estaba diciendo era «un macho alfa como yo se come esa princesita con patatas»).

Yo, sorprendido, le respondí: «pues tenga usted cuidado con esa «jovencita» que tiene la potestad de meterle en la cárcel» (en realidad lo que le estaba diciendo era «mejor baja rápido los humos que si no te va a enchironar por listo»).

Toma castaña.

La verdad es que esta profesión no deja de sorprenderte con anécdotas.

Pablo Romero, abogado en Granada.