Más anécdotas como abogado: clientes que han perdido ellos solos sus juicios.
Sigo recuperando anécdotas que en su día ya compartí en Facebook. En este caso, os hablo de casos en los que los clientes han perdido ellos solos su juicio.
Anécdotas de clientes que han perdido ellos solos sus juicios.
Un juicio es una “batalla” legal en el que tu principal problema es el contrario (la persona que, por ejemplo, te ha despedido o te ha pegado) ya que en la vista va a negar los hechos y dará una versión completamente distinta de lo sucedido.
Incluso otro gran obstáculo puede ser el propio Juez, al que hay que convencer de que llevamos razón y puede tener su propia visión de lo ocurrido.
Pero, en ocasiones, el peor enemigo del cliente es él mismo. Muchas veces, son ellos solitos los que se “autocondenan” con sus meteduras de pata.
Los juicios no son algo sencillo. Es necesario tener la mente fría y estar preparado. Lo normal es ponerse nervioso cuando el abogado contrario te pregunta como si fueras el criminal de peor historial de este país.
Yo tengo claro que es tan importante preparar jurídicamente el caso, como psicológicamente al cliente. Pero no todos se dejan aconsejar. Y luego “la lían parda”. Os cuento un par de anédcotas (podría poner miles)
- Los que piensan que un juicio está “chupao” y no te escuchan cuando le aconsejas.
El caso más típico. Hay algo que no se puede decir porque automáticamente te condenan. Tú les adviertes. Ellos te dicen que no te preocupes, que no lo van a decir. Tú (que te conoces la película) les insistes, y les pides que no se confíen porque dentro del juicio se pondrán nerviosos.
Entonces es cuando algunos clientes empiezan a mirarte con cara de “qué abogado más pesadito” y un poco sobrados te vienen a decir que no son tontos y que no se van a inculpar ellos mismos…
Y empieza el juicio. El cliente se ve bajo la mirada de pocos amigos del Juez. Le empieza a entrar el canguelo. El abogado contrario comienza su interrogatorio de tercer grado. El cliente ya está completamente bloqueado y termina confesando que es el toro que mató a Manolete. No hay más preguntas Señoría.
- Los que no se fían de ti y no te cuentan todo.
Otra de las anécdotas típicas: al cliente le pides que te cuente toda la verdad, porque si no lo hace, no puedes defenderlo bien. Pero muchos no se fían ni de su abogado y te cuentan la verdad a medias. Luego entras en el juicio y te dejan con el culo al aire.
Ejemplo: tras un accidente una persona había perdido la movilidad de un brazo y pedíamos una indemnización por tal circunstancia. Le dije al cliente que no se le ocurriera hacer nada antes del juicio que pudiera ir en su contra como conducir un coche. Él me dijo que no lo haría.
Antes de entrar en sala volví a preguntarle, e indignado me vuelve a decir que no. Comienza el juicio y yo defiendo que ese señor no puede utilizar para nada ese brazo. El contrario propone como prueba un informe de un detective privado. Aportan fotos y vídeos de este señor conduciendo (entre otras muchas cosas) A mí se me queda cara de tierra trágame. Asunto cerrado.
Conclusión: haz caso de los consejos de tu abogado.
Pablo Romero, abogado de civil, penal y familia de Granada
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Fuentes de más anécdotas de abogado. Foto de entrada, foto 1, foto de pie.
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