¿Necesitas ir al psicólogo?
Si alguien te hiciera la pregunta de si necesitas ir al psicólogo, ¿te resultaría mínimamente atrevido u ofensivo? Déjame que te cuente una anécdota
Soy un abogado especialista en accidentes de tráfico, así que constantemente estoy recibiendo en mi despacho a gente que acaba de tener una colisión. Y es muy curioso como, muchas de estas personas, te reconocen con vergüenza (de hecho, con mucha vergüenza) que les da miedo volver a coger el coche.
Te lo dicen con la boca pequeña, como el que confiesa un delito imperdonable , «que no se entere nadie». Y yo siempre pienso lo mismo: que grave problema tenemos en este país con el tabú de la salud mental. Me explico.
Cuando se tiene un accidente de tráfico, es una situación de shock o traumática. O dicho con otras palabras, por pequeño que haya sido el golpe, no es un trago agradable. Las razones son múltiples: lo inesperado de la situación, la fuerza del impacto, las lesiones sufridas o sencillamente la frecuente actitud agresiva del contrario una vez te has bajado del coche.
Así que, como les digo a mis clientes, lo más normal es que, tras el accidente, le pillen miedo a volver a coger el coche. Le pasa a la mucha gente, lo veo constantemente en el despacho…. el problema es que nadie lo dice, vayan a tacharlos de débiles o cobardes.
Y como os digo, en este tipo de situaciones, como en muchas otras en las que se necesita un abogado, al nivel de ansiedad diario al que tenemos que hacer frente (familia, trabajo, hipoteca) súmale un suplemento extra porque (por ejemplo) te ha amenazado el vecino o has sufrido una estafa que te ha exprimido la cuenta corriente
Vamos, que si lo piensas, lo lógico es que, la persona que se sienta en mi despacho, al margen del problema jurídico, tenga también un problema psicológico que necesite de ayuda. Y no pasa nada por decirlo…. ¿o sí?
¿Necesitas ir al psicólogo?
Volvamos al ejemplo de partida. Nadie tiene el más mínimo inconveniente en decir que, tras el accidente de tráfico, tiene un latigazo cervical que no le deja dormir. Pero cuando se trata de reconocer que se ha pillado miedo a meterse otra vez en la jungla que supone conducir, todo el mundo mira para abajo. A lo sumo «yo tengo un amigo, que tiene un amigo que dice que…»
La salud mental es un auténtico tabú. No se puede reconocer que en vez del cuello, le duele su seguridad al volante. Está mal visto. Y la consecuencia es inmediata, nadie va a confesar que necesita ir al psicológo, porque, en esta sociedad, eso es de locos.
Y me resulta muy curioso, porque conforme vamos cumpliendo cierta edad (como dudo mucho que este blog lo lea un jovenzuelo de quince años, creo que, querido lector, es nuestro caso), aún sin sufrir una lesión de espalda, vamos teniendo pequeñas molestias sin relevancia (o años en la espalda) que harían aconsejable ir al fisio periódicamente una vez al mes ¿a que sí?
Inisisto, sin necesidad de sufrir previamente ninguna contractura. Sencillamente, nos darían «vuelta y vuelta» y nos mantendría en forma, una ITV básica de salud. Pues lo mismo con el psicólogo.
Para nada es de locos ir al psicólogo, es más, yo lo recomiendo con la boca llena, tanto en tu día a día (piensa, como te decía antes, en todos los frentes que te rodean: trabajo, familia, hipoteca…) como si has sufrido alguna situación traumática, por nimia que haya podido ser. Porque también se pueden sufrir «contracturas psicológicas», o «latigazos mentales», y no pasa nada, no se deja de ser más cuerdo por reconocerlo.
Así que, si alguien te plantea la cuestión de si necesitas ir al psicólogo, no te lo tomes como una afrenta (de hecho, piensalo, ¿cuál ha sido tu primera reacción al leer el título de esta entrada?) Todo lo contrario, la persona que te haga esta pregunta quizás sea alguien que te quiere y sencillamente está velando por tu salud. De hecho, si vienes a mi despacho, atendiendo a las circunstancias, seré el primero que te lo recomiende.
Pablo Romero, abogado en Granada
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